Independientemente de su tipo, las alfombras son uno de los accesorios de decoración más populares y comunes del mundo. Estos objetos pueden vestir una habitación dándole carácter, color y un buen acabado estético, cuya belleza suele ir acompañada de un cierto grado de sutileza. Por lo tanto, es razonable hacerse la siguiente pregunta: ¿cómo podemos cuidarlas sin dañarlas? ¡A continuación te ofrecemos una breve guía con todo lo que necesitas saber sobre este tema!
Aspirar
Tanto si son de lana, de seda, de algodón o sintéticas, las alfombras de la sala de estar tienen una cosa en común: acumulan polvo, pelo de mascotas y todo lo que llevamos a casa en nuestros zapatos. Para cuidarlas adecuadamente, debes aspirarlas a fondo una vez o, si es posible, dos veces por semana. Debes limpiar tanto el lado superior de la alfombra (el que contiene el polvo entre las fibras) como la parte inferior. Si adoptas estas prácticas de higiene, podrás estar seguro de eliminar el polvo de manera efectiva y evitar que se deposite en el tejido.
Lavar
Cuando se trata de lavar, existen diferentes métodos según el tipo de material:
- Las alfombras de lana se deben lavar en seco, pero con el cuidado adecuado también se pueden lavar en casa. Después de aspirarla, pon la alfombra en remojo en agua fría con jabón y cepíllala con un cepillo de cerdas suaves. Finalmente, déjala secar al sol, sobre una superficie lisa y del reverso.
- Como son muy delicadas, las alfombras de seda solo se pueden limpiar con un aspirador o desinfectarse espolvoreándolas con bicarbonato de sodio, dejándolo actuar durante aproximadamente una hora y luego retirándolo suavemente con el aspirador.
- Las alfombras hechas de fibras vegetales, como el algodón, se pueden lavar con una simple mezcla de agua y jabón, dejándolas secar al aire libre.
- Finalmente, las alfombras sintéticas se pueden limpiar con bicarbonato de sodio y aspirándolas después de dejarlo actuar durante una hora.
Limpieza a vapor
Si hay manchas o suciedad profundamente incrustadas en la superficie de tu alfombra, la mejor solución puede ser usar un limpiador a vapor. Este solo emplea agua caliente (sin la adición de detergentes), que puede eliminar la suciedad más rebelde de las fibras de la alfombra. Primero, pasa el aspirador a vapor sobre la alfombra para eliminar la suciedad de la superficie. A continuación, realiza un pretratamiento rociando agua caliente en las áreas especialmente sucias o con manchas de la alfombra; esto las ablandará y facilitará su eliminación. Deja actuar un par de minutos. Ahora extrae el depósito de agua y llénalo con agua tibia. Conecta el limpiador a vapor a la toma de corriente, espera hasta que el agua haya alcanzado la temperatura correcta y empieza a limpiar pulsando el botón correspondiente (generalmente ubicado en el mango).
Errores comunes
Es fácil cometer errores al limpiar alfombras. Estos son los más comunes y que es mejor evitar:
- Sacudirlas enérgicamente por la ventana.
- Usar quitamanchas demasiado agresivos para quitar las manchas.
- Ponerlas en la lavadora.
En los tres casos se acaba estropeando las alfombras, especialmente las de lana, ya que estos procesos dañan sus nudos.
Ácaros
Para las personas alérgicas, los ácaros del polvo son un verdadero problema. Para desinfectar alfombras de forma 100 % natural, te sugerimos que rocíes un poco de bicarbonato de sodio sobre la alfombra seca, la cepilles y dejes actuar durante al menos siete u ocho horas (idealmente durante la noche). Después aspírala y, tan pronto como hayas terminado, vacía el depósito.
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