Saber cómo quitar el mal olor de la aspiradora es fundamental si quieres mantener tu hogar fresco y tu aparato en buen estado durante más tiempo. Los malos olores que emanan de una aspiradora no solo resultan desagradables, sino que también pueden ser síntoma de una mala higiene del equipo o incluso de un mantenimiento incorrecto. Por suerte, hay formas sencillas y eficaces de prevenir y solucionar este problema.
A continuación, te damos una guía completa con consejos prácticos y recomendaciones útiles para mantener tu aspiradora libre de malos olores, tanto si se trata de modelos clásicos como si utilizas aparatos más modernos y potentes, como los que combinan varias funciones en un solo dispositivo.
¿Por qué huele mal una aspiradora?
Antes de aplicar soluciones, es importante entender el origen del problema. Los malos olores en una aspiradora suelen deberse a residuos acumulados que comienzan a descomponerse dentro del aparato. Estos residuos pueden ser restos de comida, humedad absorbida accidentalmente, polvo orgánico o incluso pelos de mascotas.
Si a esto le sumamos un uso intensivo sin una limpieza periódica, es muy probable que el aparato empiece a oler mal. También influye el tipo de bolsa o depósito que utilices, así como los filtros y la capacidad del recipiente.
Cuida el depósito: vacíalo con frecuencia
Una de las formas más simples de prevenir el mal olor es vaciar el depósito o la bolsa después de cada uso o, al menos, cuando esté a un 70 % de su capacidad. No esperes a que esté completamente lleno: cuanto más tiempo permanezca la suciedad dentro, mayor será el riesgo de que se generen bacterias y olores desagradables.
Además, si tu modelo es uno de los que incluyen una gran capacidad, como algunas aspiradoras de trineo o de mano avanzadas, puedes caer en la tentación de vaciarlo con menos frecuencia. Pero, incluso en estos casos, conviene hacerlo regularmente.
Consejo: aprovecha el vaciado para revisar el estado del filtro y las zonas interiores del depósito.
Limpia o cambia los filtros
Otro foco habitual de olores son los filtros. Un filtro sucio no solo reduce la potencia de succión, sino que puede retener partículas que se pudren o fermentan con el tiempo.
Revisa el manual de tu modelo para saber si los filtros son lavables o desechables. En el caso de los lavables, límpialos al menos una vez al mes con agua tibia y déjalos secar completamente antes de volver a colocarlos. Nunca uses la aspiradora con filtros húmedos, ya que eso puede empeorar aún más el problema de los olores.
Usa bicarbonato o aceites esenciales para refrescar
Existen trucos caseros muy útiles para neutralizar olores. Uno de los más conocidos es usar bicarbonato de sodio. Solo tienes que esparcir un poco en el suelo y aspirarlo: actúa como absorbente natural de olores y ayuda a mantener el interior más fresco.
Otra opción es utilizar aceites esenciales en discos aromáticos o sobre trozos de algodón colocados cerca del filtro (nunca directamente sobre el motor o zonas eléctricas). Fragancias como eucalipto, lavanda o menta no solo son agradables, sino que también tienen propiedades antibacterianas.
Evita aspirar líquidos si tu modelo no está preparado
Muchos usuarios no lo tienen en cuenta, pero aspirar líquidos o zonas húmedas con un modelo no diseñado para ello puede ser fatal. El interior se moja, se generan hongos, y el olor aparece rápidamente.
Si necesitas aspirar en húmedo, asegúrate de que tu modelo tiene esta función incorporada, como ocurre con algunas aspiradoras multifunción 4 en 1, que permiten cambiar entre seco y húmedo sin dañar el aparato. En cualquier caso, lee bien las especificaciones del fabricante para no cometer errores costosos.
Revisa el tubo y los accesorios
No todo el mal olor proviene del depósito. A veces el tubo flexible, los cepillos o los cabezales pueden contener restos que provocan malos olores. Pelo de mascotas, residuos de alimentos o suciedad húmeda pueden quedar atrapados ahí sin que te des cuenta.
Una buena práctica es desmontar los accesorios cada cierto tiempo y lavarlos con agua tibia y jabón neutro. Enjuágalos bien y deja que sequen completamente antes de volver a montarlos.
Almacenamiento adecuado: otro aliado contra el mal olor
Pocas personas lo tienen en cuenta, pero guardar la aspiradora en un lugar cerrado, húmedo o mal ventilado puede contribuir a que los malos olores se agraven. Lo ideal es que el aparato esté en un lugar seco, con ventilación natural y donde no haya cambios bruscos de temperatura.
Además, si la aspiradora ha aspirado humedad o ha sido limpiada, no la guardes hasta que esté totalmente seca. Esto es especialmente importante en modelos sin bolsa, donde el aire circula directamente por el depósito y filtros.
Capacidad: un factor que también influye
La capacidad de la aspiradora no solo afecta a la autonomía entre vaciados, sino que también puede influir directamente en la aparición de olores. Los modelos con depósitos más grandes permiten acumular más suciedad, lo que, si no se gestiona correctamente, puede ser contraproducente.
Por tanto, aunque una capacidad generosa es cómoda, requiere una disciplina mayor en el vaciado y la limpieza de filtros. Si eres de los que olvida el mantenimiento, quizás un modelo con depósito más pequeño, que te obligue a vaciar con más frecuencia, sea más adecuado.
Prevención y limpieza periódica
Saber cómo quitar el mal olor de la aspiradora es cuestión de prevención y hábitos. No necesitas productos caros ni técnicas complicadas. Basta con tener constancia: vacía el depósito a tiempo, limpia los filtros, revisa los accesorios y guarda el aparato correctamente.
Además, algunos gestos sencillos como aspirar bicarbonato o usar discos aromáticos pueden marcar una gran diferencia. Así, no solo evitas olores molestos, sino que también prolongas la vida útil del aparato y mejoras la calidad del aire en casa.